Cuando hemos analizado corporativamente y de manera integral los procesos de negocio de una compañía importante, de un determinado sector industrial, y los comparamos con nuestros diseños de procesos efectuados en otras compañías de otros sectores industriales, reiteradamente hemos podido concluir que cada industria tiene:
- Del orden de 1/3 de todos sus procesos que definen y realizan su particular negocio.
- Los 2/3 de los procesos restantes son, si no idénticos en términos de sus objetivos, muy similares en cuanto a la función que cumplen, son procesos comunes a todas las industrias.
A este tercio de procesos, que llamaremos específicos del negocio, se les ha denominado procesos “core”.
Es cierto que los procesos comunes pueden realizarse de una forma distinta de una industria a otra, incluso de manera distinta en dos empresas de una misma industria, pero aquello no les quita su característica de ser comunes. Los ERP precisamente potencian estas características al permitir distintas configuraciones que permiten la realización de las distintas formas en que pueden llegar a ejecutarse estos procesos del negocio comunes. Estas distintas formas constituyen en el lenguaje de los ERP, “las mejores prácticas del proceso de negocio”.
Entonces a partir de esto surgen algunas interrogantes respecto a la manera en que estás soluciones ERP resuelven las necesidades de las organizaciones que los adquieren. ¿La incorporación de un ERP a la organización garantiza eficiencia en la ejecución de los procesos comunes?:
La respuesta no es unívoca, si el proceso de implementación de las funcionalidades comunes, por parte del ERP, se realiza de acuerdo a la manera en que los líderes de la organización desean que esos procesos funcionen, entonces la implementación deberá considerarse exitosa.
Si la implementación no satisface la manera deseada de funcionamiento de los procesos comunes, sea porque los implementadores del ERP utilizaron “mejores prácticas” distintas a las requeridas, o porque la manera de resolver esos procesos por parte de organización no está incorporada como solución en el ERP, lo cual es muy probable que sea catalogada por el equipo ERP como una práctica inadecuada. Por lo tanto un ERP no es garantía, necesariamente, de resolución adecuada para los procesos que no otorgan valor esencial al negocio.
La segunda pregunta que surge en torno a la incorporación de un ERP es; ¿hasta qué grado es el ERP una solución efectiva a los procesos específicos o propios del negocio?
En general, el grado de cobertura de solución de un ERP hacia procesos propios del negocio es limitado, pues un ERP no cubre funciones de producción y de una manufactura robusta o gestión de calidad o planeación logística, programación de producción y fabricación optimizada, más aun, un ERP no asegura calidad de producto, costos de fabricación o buen desempeño de la planta/fabrica
La gran mayoría de las industrias deben recurrir a soluciones de nicho, entendiendo aquí el concepto “nicho” no como aplicaciones dedicadas a grupos pequeños de consumidores, ni aplicaciones destinadas a buscar nuevos focos de mercado, sino como aplicaciones especializadas en apoyar la realización de ciertos procesos de negocios que por su particularidad requieren de especificidades, generalmente complejas que integran software, hardware y comunicaciones.
Por ejemplo una aplicación de nicho, así entendida, sería aquella que controla el procesos end to end, de la recepción satelital de los contenidos de televisión por cable, el aprovisionamiento/ des-aprovisionamiento de los “set top box” o “d-Box” en la casa de los clientes, la fijación de precios de los servicios, la facturación, cobranza y el manejo de pay per view de programación especial. Otro ejemplo en la industria de la minería lo constituyen las aplicaciones especializadas, como ser las que administran la gestión de flota de camiones y que pueden ser parte de un sistema de control de intervalos cortos (SIC) que permita hacer más eficiente el proceso de perforación, tronadura, carguío y transporte o en la planta de proceso un sistema de ejecución de manufactura (MES).
Por último, surge una última pregunta que es relevante de atender; ¿es natural la coexistencia de las aplicaciones que apoyan los procesos comunes con las aplicaciones de nicho?
Nuestra experiencia nos ha mostrado en la práctica que no hay una convivencia natural entre estos dos mundos, más aún existe traslape de funcionalidades entre estos, y por lo tanto, tampoco hay una convivencia natural entre las dos clases de procesos, que son soportados por la diversidad de sistemas de información de la empresa.
No desconocemos la importancia que han tenido las soluciones ERP en apoyar con soluciones para los procesos comunes, pero la brecha entre las soluciones para procesos comunes y para procesos específicos o core del negocio se ha tratado de resolver, tanto desde el mundo de las aplicaciones de nicho como desde el mundo de los ERP, mediante el acoplamiento, poca o nula integración y traslape de funcionalidades , generando conflictos entre los diverso niveles usuarios que atienden cada naturaleza de procesos lo que finalmente se traduce en ineficiencias, dificultades para la automatización de procesos que inter-operan y dobles esfuerzos de trabajo o sencillamente soluciones parches e inadecuadas.
Por lo anterior se hace cada vez más imprescindible realizar modelamientos de tipo transversal cuyos diseños resultantes permitan una convivencia productiva, sólida y con visión de negocio entre las distintas plataformas de soluciones informáticas que poseen las empresas.



